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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Origen de los ríos pilcomayo y bermejo

Cuenta la leyenda que, una vez que terminó la Creación, Tupá (Dios) confió a Guarán la administración del Gran Chaco, que se extendía más allá de la selva. Y Guarán comenzó la gran tarea. Cuidó de la fauna y la flora, de la tierra, de los ríos y de los montes. Y también gobernó sabiamente a su pueblo, logrando una verdadera civilización: Guarán tuvo dos hijos: Tuvi-Chavé, el mayor, que era impetuoso, nervioso y decidido, y Michiveva, el menor, más reposado, tranquilo y pacífico.
Guarán, antes de morir, entregó a ellos el manejo de los asuntos del Gran Chaco. Fue entones cuando comenzaron las peleas entre los dos hermanos. Ambos tenían opiniones diferentes respecto de cómo administrar los aspectos de la región.
Un día se les apareció el genio del mal, Añá, quien les aconsejó que compitieran entre sí con destreza para resolver las cuestiones que los enfrentaban. TuviChavé y Michiveva, cegados por sus diferencias, decidieron hacerle caso. Subieron a los cerros que lindaban con el Gran Chaco, y, para disputar su hegemonía sobre la región, acordaron realizar diversas pruebas de destreza, de resistencia y habilidad, especialmente en el manejo de las flechas.
En una de esas pruebas, Michiveva lanzó una flecha contra un árbol que servía de blanco. Pero Añá hizo de las suyas: la desvió, y logró que la flecha penetrara exactamente en el corazón de Tuvichave.
Al instante, la sangre brotó a borbotones, con fuerza y comenzó a bajar por los cerros, llegó hasta el Chaco, se internó en su territorio y formó un río de color rojo: el "I-phytá" (Bermejo). Al darse cuenta de lo que había hecho, de las consecuencias de ese inútil enfrentamiento, Michiveva comenzó a deshacerse en lágrimas.
Y lloró tanto, que sus lágrimas corrieron tras el río de Sangre de su hermano. Así se formó el Pilcomayo, siempre a la par del Bermejo.
Y el Gran Chaco quedó sin jefe.
Pero siguió prosperando bajo el cuidado de la naturaleza, enmarañado, impenetrable, surcado por el río de aguas rojas, nacido de la sangre del corazón de Tuvichavé.

Fuente: Carmela Olivera.

999. anonimo leyenda

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