Cuentan los habitantes de la comarca del río Rin que
las siete colinas surgieron de forma increíble. En tiempos, allí sólo había un
lago y los campesinos pensaron que sería bueno desviar sus aguas, pero como no
podían hacer semejante obra, solicitaron la ayuda de los gigantes. De todos a
los que preguntaron, siete aceptaron la propuesta de los lugareños y empezaron
a trabajar con sus azadas. En pocos días cavaron profundos agujeros en la
montaña y el agua, al precipitarse por ellos, fue encauzándose hasta adoptar
forma de riachuelo, que enseguida aumentó de caudal con las aguas del lago.
A su alrededor, siete montones de tierra se
convirtieron en las siete colinas que hoy bordean el Rin.
Así fue como la región se hizo fértil y prospera para
sus vecinos.
999. anonimo leyenda
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