Navegaban unos clérigos por el Atlántico cuando se
desató una tormenta que dejó su barco a la deriva. Cuando amainó, los hermanos
pensaron que sería bueno atracar en una isla para reparar los desperfectos y de
paso, celebrar la Pascua.
Encontraron un islote pequeño y en él desembarcaron
pero, cuando estaban en plena celebración, notaron que la isla se movía. ¡No
era una isla, sino el lomo de una ballena que estaba flotando!
El pánico se apoderó de todos y empezaron a tirarse al
mar.
Pero los hermanos rezaron a Dios y sus súplicas fueron
escuchadas porque la ballena dejó de dar bandazos y permitió que los hombres
repararan el barco y continuaran su viaje. Realmente se comportó como una isla.
999. anonimo leyenda
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