Los sarracenos no eran
excesivamente proclives a los espacios abiertos y de ahí su dedicación a crear
diversas plazuelas en el barrio de los Austrias: Cordón, Conde de Miranda, San
Javier y ¡otras muchas!
Pero el cristianismo fue
poco a poco tomando carta de presencia y de naturaleza y los musulmanes
acabaron vendiendo sus propiedades, por «cuatro chavos», a los de título
nobiliario, a las linajudas sagas: Vargas, Lassos, Lujanes, Clavijos, Aguileras,
Sandovales, etc., etc.
127. anonimo (madrid)
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