Esta recoleta plaza es
poco más que una rinconada.
Otrora convidaba a
detenerse frente a las fachadas de los palacios que én ella se erguían.
Hoy, sólo se conserva el
de los Zapata, condes de Barajas, que in
illo tempore fue habitado por el barón de Riperdá, ministro de Felipe V y,
más tarde, por el general Espartero después de su victoria de 1854.
Frente a la plazoleta se
encontraba la sede del Obispado, a donde acudían los futuros contrayentes para
poner en regla sus papeles matrimoniales. Por esta razón se decía que, en Madrid nadie se casa, sin pasar por la
calle de la Pasa.
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