Hacia 1710, Serradilla podía presumir de ser uno de
los pueblos más ilustres de Extremadura. Allí se daban cita la piedad de los
creyentes y la riqueza de los potentados.
Hacía muy pocos años que los serradillanos se habían
permitido el lujo de gastar varios centenares de miles de reales con los
maestros madrileños Francisco de la
Rosa , José de Pomar yJuan de la Rosa "por las hechuras
de los retablos para su iglesia del Cristo de la Victoria ".
Marqueses y titulados rivalizaron también en sus ayudas,
como el Duque de Béjar, la
Marquesa de Canales, el Marqués de Monroy y muchos más.
El Cristo de la Victoria es una talla valiosa de Cristo que, de
pie, abraza la cruz en el momento en que va a morir crucificado.
Cuando llegó a Serradilla venía precedida de una larga
historia de procesos, inspiraciones, profecías, incluso milagros.
Se recordará siempre la decisión de la beata Francisca
de Oviedo, que empeñó toda su vida y toda su santidad para que en su pueblo
extremeño fuera realidad la imagen, el convento y las monjas.
El pueblo fue consecuente con los hechos y el medio
siglo que había transcurrido desde la llegada del Cristo, en 1641, hasta la
culminación de las obras en los comienzos del siglo XVIII, fue época generosa,
activa, de entusiasmo y de entrega.
Suelen coincidir estos momentos de exacerbación religiosa
con una correspondencia extraordinaria por parte del cielo. Al menos con el
Cristo de la Victoria
ésta fue la norma.
Serradilla tenía una industria artesana, sencilla,
peromuy fuerte.
El serradillano es un hombre esforzado, austero, trabajador,
busca la peseta allí donde puede encontrarse. Por eso en mulos o caballos
salían a vender sus productos a las fértiles regiones de sus cercanías: el
Valle, la Ve ra o
Las Hurdes.
Juan Alonso y María Serrana era un matrimonio típico,
significa-tivo de la artesanía y del trabajo regional. En su casa hacían jabones
con los medios utilizados hasta entonces. Aprovechaban las grasas y
desperdicios de aceites, consiguiendo una aprovechable rentabilidad.
Se decía que cada vez que regresaban de las ventas escondían,
entre la paja de las albardas, algunos ducados de vellón y muchos más reales de
plata, producto de sus ganancias.
Por aquél entonces los caminos estaban poblados de
ladrones y vaga-bundos. Carlos II, el Rey Hechizado, y luego la Guerra de Sucesión, dejaron
a España sumida en la miseria.
No pocos españoles, amparados en la situación, eligieron
el camino fácil de robar lo ajeno.
Monfragüe y sus alrededores eran santuario incólume de
la piratería y del bandolerismo. Sus inmediaciones, unas inmediaciones bastante
amplias, conocían el reinado de estos ladrones. A cualquier hora caían sobre
los indefensos arrieros que, para librarse, a lo sumo sólo podían exhibir el
triste galope de sus caballerías.
Aquella tarde, cuandojuan y María regresaban de La Vera , en el camino de
Malpartida, les salió un ladrón.
Su presencia fue conocida por un escopetazo que tumbó
en tierra casi muerto a Juan Alonso.
Al ruido del disparo los mulos huyeron perseguidos por
el agresor, que adivinaba el lugar donde se escondía el dinero.
El bandolero volvió con los animales al lugar donde se
desangraba el indefenso hombrecillo, auxiliado por los brazos de una mujer
cristiana.
Le ayudaba a morir, más que a remediar las heridas.
El asesino, muy nervioso, exigió el dinero. Y ante los
titubeos de la pobre María, arremetió contra ella propinándole un
incomprensible culatazo que la destrozó la cara. No contento, volvió sobre ella
e, incomprensiblemente, con un cuchillo atravesó su garganta.
Mientras, él con los mulos, escapó al galope.
Cuando la heroica mujer volvió en sí, se quitó el pañuelo
de la cabeza, lo lió fuerte a su garganta y caminó medio atontecida hasta el
río Barbaún. El riachuelo, para su desgracia, en aquella primavera venía muy
crecido. Era imposible vadearlo. Allí, junto a la orilla, lavó sus heridas y
se encomendó al Cristo que adivinaba a lo lejos en su novedoso camarín.
Después, no supo cómo, pero lo cierto es que cuando se
dio cuenta estaba junto a la fuente de la Cañadilla. Allí ,
tres hombres de Serradilla llegaron a buscar agua. Lo que veían sus ojos a la
parca luz de la noche les parecía un sueño. Cubiertas las ropas de sangre, la
"tía Serrana" estaba delante de ellos medio moribunda. La montaron
sobre las aguaderas de sus borricos y la llevaron a los chozos.
La noche se había cerrado y, además, el traslado hasta
Serradilla resultaba imposible. Relámpagos, truenos, lluvia..., ponían las
últimas notas tétricas para completar el espectáculo.
Pero aquellos hombres no se arredraron. Ellos mismos
sacaron del pañuelo de seda un fuerte hilo, ya trenzado por la sangre, y
cosieron sus heridas
"Le dieron 16 puntadas, y a breve tiempo
sanó".
Era el año de 1710. La iglesia del Santísimo Cristo de
Serradilla, desde ese año, se adorna con un cuadro o exvoto "situado
según se entra a la derecha".
Todo el pueblo piensa, y así pudo ser, en uno de los
muchos milagros del Cristo de la
Victoria.
FUENTES:
-"Historia
del Santísimo Cristo de la
Victoria ", que se venera en la villa de Serradilla
(Cáceres), por Eugenio Cantera, OAR.
Fuente: Jose Sendin Blazquez
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anonimo la serradilla-extremadura
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ResponderEliminarpor el año 1975 yo conducía un camión cisterna y me encontré a una persona mayor haciendo autoestop, y yo le dije que estaba prohibido llevar otra persona que no fuera de la empresa. entonces yo me vi en la obligación de ayudar a este señor era un señor nacido en Serradilla, de la provincia de Cáceres; Este señor me regalo una imagen del Cristo de Serradilla, yo la tengo en mi poder desde esa fecha y la verdad me han ocurrido algunas cosas muy interesantes creo Y creere siempre en el Cristo de Serradilla. Es muy milagroso. !Gracias!
ResponderEliminarpor el año 1975 yo conducía un camión cisterna y me encontré a una persona mayor haciendo autoestop, y yo le dije que estaba prohibido llevar otra persona que no fuera de la empresa. entonces yo me vi en la obligación de ayudar a este señor era un señor nacido en Serradilla, de la provincia de Cáceres; Este señor me regalo una imagen del Cristo de Serradilla, yo la tengo en mi poder desde esa fecha y la verdad me han ocurrido algunas cosas muy interesantes creo Y creere siempre en el Cristo de Serradilla. Es muy milagroso. !Gracias!
ResponderEliminarpor el año 1975 yo conducía un camión cisterna y me encontré a una persona mayor haciendo autoestop, y yo le dije que estaba prohibido llevar otra persona que no fuera de la empresa. entonces yo me vi en la obligación de ayudar a este señor era un señor nacido en Serradilla, de la provincia de Cáceres; Este señor me regalo una imagen del Cristo de Serradilla, yo la tengo en mi poder desde esa fecha y la verdad me han ocurrido algunas cosas muy interesantes creo Y creere siempre en el Cristo de Serradilla. Es muy milagroso. !Gracias!
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