En el centro de Hervás se levanta un vetusto caserón,
actualmente convertido en viviendas. Ocupa, en la calle de Gabriel y Galán,
los números 2, 4, 6 y 8. Es fácilmente identificable porque su larga fachada
forma soportales, sostenidos por seis columnas o pilares octogonales con bases
prismáticas. Los capitales han sido sustituidos por zapatas modernas. Cuatro de
ellas llevan grabados motivos religiosos. Es un sitio inconfundible para todo
el vecindario.
Las leyendas que circulan sobre este lugar son tan numerosas,
tan complejas, que resulta difícil llegar al fondo de la verdad inicial.
Don Noé Duarte Pérez, una vez más, ha sabido encontrar
a la persona que ha estado a punto de llevarse al otro mundo la solución de
todo el enigma. El señor Pelayo es ahora ese viejo singular que en cada pueblo
parece monopolizar el resumen enciclopédico de la sabiduría lugareña.
Decía el señor Pelayo que sus abuelos poseían una pequeña
heredad y para llegar a ella tenían que utilizar el camino denominado
"Trasdediego". Pasaba, precisamente, por la trasera de la casa que
ya entonces se llamaba "Del Miedo". El abuelo del señor Pelayo se
negó siempre a recorrer aquel camino. Elegía otro, que duplicaba la distancia
y el tiempo.
Al preguntarle más de una vez la causa de esta terquedad
o manía, daba siempre la misma explicación:
"Desde el anochecer hasta el alba, la casa es
centro de ruidos extraños, gritos horripilantes, gemidos y lamentos
espeluznantes, chirridos de máquinas infernales y hasta como un arrastrar de
gruesas cadenas".
Todo esto, según el señor Pelayo, había sido comprobado
por los antepasados de la familia, y por ello exigieron al abuelo la promesa
de que no pasaría nunca por allí.
Posteriormente se ha podido comprobar que el viejo
caserón, junto con las actuales casas consistoriales, pertenecieron en otro
tiempo a la orden religiosa de los Trinitarios del convento de la
"Bienparada".
Los mismos frailes, establecidos también en Hervás,
tendrían necesaria-mente para el Santo Oficio una cárcel. Basta recordar que en
el año 1519 varios judíos conversos fueron juzgados, condenados y ejecutados
por sacrílegos en la vecina ciudad de Plasencia.
La "Casa del Miedo" parece la explicación
lógica de todas estas necesi-dades. Allí estuvo la cárcel preventiva del Santo
Oficio.
Cuando los Trinitarios se marcharon de Hervás,
"un despabilado" matutero tomó en arriendo la referida casa, para
usarla como almacén de los productos que ilícitamente traía en sus frecuentes
salidas.
Para evitar que los encargados del fielato pudieran someterlo
a inoportunas investigaciones aprovechó el terror que la gente tenía a la casa
para seguir manteniéndolo de forma habilidosa: ciertos días de cada semana,
principal-mente al oscurecer y en los sábados (tal vez por el recuerdo del Sabat
judío) producía ruidos extraños, arrastraba grandes cadenas, exhalaba gritos y
lamentos, con los cuales asustaba y mantenía a distancia a los curiosos,
posibles descubridores de los sucios manejos que ocultaba entre sus muros.
En la desamortización de Mendizábal, en el año 1836,
la casa fue adquirida por un notario de Hervás, que la convirtió en las cuatro
viviendas actuales.
FUENTES:
-Todas las
leyendas referidas a Hervás han sido recogidas por el culto practicante don Noé
Duarte Pérez.
-Pocas
personas gozan de mejores condiciones y habilidades para recopilar el tesoro
popular de los pueblos como lo hace don Noé en su querido Hervás.
Dejamos así
constancia escrita de nuestro agradecimiento.
Fuente: Jose Sendin Blazquez
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anonimo hervas-extremadura
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