En las ruinas del
castillo de Cardona se conserva todavía la Torre del Homenaje, a la cual los habitantes del
país, hace muchísimos años, dieron el nombre de Torre de la Doncella.
Dice la leyenda que el
señor de Cardona organizó en cierta ocasión un torneo al que asistieron caballeros
de todos los países.
En cuantos juegos se
celebraron sobresalió en gran manera, y muy por encima de los demás, un
caballero que era alcaide del castillo de Maldá.
El señor de Cardona tenía
una hija llamada Ameltrudis, de singular hermosura, que era la que debía
otorgar el premio al caballero que ganara el torneo.
Fue el ganador el alcaide
de Maldá, conociéndose así los dos jóvenes, que se amaron desde el primer momento.
El señor de Cardona se opuso a aquellos amores de una manera obstinada, por
tener otros planes para el matrimonio de Ameltrudis.
Los dos amantes se veían
a escondidas del padre, sintiendo crecer en ellos aquel amor que tanto
contrariaba al señor de Cardona.
Propuso éste a su hija el
matrimonio con otro noble caballero, y ésta, temiendo que la obligara a
casarse, procuró ver al alcaide de Maldá, y entre ambos concertaron la fuga.
Una noche, Ameltrudis
salió del castillo acompañada de una de sus damas; se reunió al pie del monte
con su amado y huyó con él hacia el castillo de Maldá.
Cuando, al día siguiente,
advirtió la fuga el señor de Cardona, salió en busca de su hija, y al no dar
con ellos por los alrededores, se fue al castillo de Maldá.
Allí la encontró, en
compañía de su amado. El padre, enfurecido, se llevó a su hija al castillo de
Cardona y la encerró en la
Torre del Homenaje, donde permaneció prisionera hasta el fin
de sus días.
Éste es el origen del
nombre de Torre de la
Doncella (Torre de la Minyona ) que aún hoy llevan las ruinas del
castillo de Cardona.
103. anonimo (cataluña)
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