La medicina de la campaña
parte del aforismo popular de que los remedios de botica pierden su eficacia
fuera del pueblo; por eso, en el campo, hay que recurrir a otra clase de
agentes terapéuticos.
Naturalmente los payés son
108 remedios por excelencia; pero como la humanidad no se resigna fácilmente a
esperar la acción sobrenatural sin la ayuda de algo positivo, tiene que
satisfacer esa necesidad empleando una cantidad de substancias, algunas por demás
estrambóticas.
No me he ocupado en recoger
datos sobre el empleo de los vegetales, porque en su mayor parte están
contenidos en la conocida obra del Hermano Montenegro, y casi todos se usan sin
carácter supersticioso, si, exceptuamos la lima agria que sería un sánalo-todo,
siempre que fuera recogida a las doce de ia noche de un Viernes Santo.
Los remedios animales son
de lo más disparatado, lo que, por otra parte, no es de extrañar, puesto que en
la farmacopea europea se empleaban muchos otros semejantes sin que se
ruborizaran ni los que los ordenaban ni los que los expendían.
Algunos de los que aquí
indico eran usados por los mismos españoles en la época colonial, como la
pezuña del Anta (Tapirus Americanus), que se tomaba raspada o pulverizada en
forma de te en cualquier cocimiento
aromático, ya fuera para el mal de corazón, ya para detener la hemorragia
consecutiva de un parto.
Para esto último se tenían
por muy eficaces las arañas que se encuentran almacenadas en los ni. dos de
barro de la avispa albañil (Pelopeus figu,. lus), conservadas en alcohol de
caña.
Un barbijo o barboquejo de cuero de tigre,
cura las torceduras de aire del pezcuezo.
Un emplasto de tres moscas
pisadas con cera virgen hace madurar la parte donde se ha introducido una
espina, facilitando, por lo tanto, su extracción.
El cuero del ratón, pelado
y fresco, aplicado a una herida de bala, permite la extracción de ésta; pero el
gran remedio es tener una "contrabala", formada por un objeto similar
de cera virgen con la punta de asta detoro.
El mismo cuero de ratón
puede servir para hacer correr un tumor de un lado a otro, y los polvos de este
animal asado son excelentes para el empacho.
La mordedura de serpiente
se cura cortando el grueso de la cola de ésta y aplicando la carne viva sobre
la herida: la carne se pone verde por la absorción del veneno. Este remedio es
usado también por los indios Vilelas del Chaco.
Nada diré del empleo de las
grasas de los diferentes animales, tan difundido en todas las poblacianes
rurales y en la terapéutica colonial, tan amiga de untas y de emplastos; solo
apuntaré que la grasa del cuervo. negra (Cathartes urubitinga), el ave basurera
por excelencia, que tiene un olor imposible, sirve para friccionar a los
variolosos.
A estas pobres enfermas se
les administra también brebajes conteniendo el famosa azúcar del campo, o
excremento blanco de perro.
Para precaverse de esta
enfermedad se aconseja a las sanos vacunarse directamente can las pústulas de
los enfermos o acostarse a su lado.
Contra las epidemias, es muy
común en Misiones, como en el Estado de Río Grande del Sur, ver sobre los
ranchos y las puertas de las corrales pequeñas cruces de madera, que son
colocadas allí como preservativos de las
epidemias, tanto en las personas como en los animales.
Extraído del libro
Supersticiones y Leyendas de Juan B. Ambrosetti Edicion 1912
015. anonimo (argentina-misiones)
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