Cuenta una antigua leyenda, tan vieja que ya ni años
cumple,
Que en muy lejanos tiempos,
En una tambería india recostada al pie del cerro,
Allá, donde el sol se despierta en la Punilla,
Mucho antes que la espada de los blancos se tiñera
en sangre cobriza,
Un joven indio amó a la hija del hechicero,
Con un amor tan fuerte y tan puro como fue brutal y
oscuro el odio de aquel brujo.
Llamábase Uritorco, como el cerro que hoy es señor
de la Punilla,
Y ella Calabalumba, como rió que corre por su pecho
de piedra.
Pero el viejo hechicero maldijo el amor,
Y como sierpe
acechaba para clavar en él la muerte,
Por eso una noche tibia de estrellas, con música de
grillos y luces de tucos,
El amor busco en la fuga refugio y esperanza,
Uritorco y calabalumba salieron a la noche,
Y se perdieron en la oscuridad la mano del uno en la
del otro.
Cuando al mojar el alba las puntas azules de los
montes,
El hechicero descubrió la fuga de los enamorados,
Ebrio de furia invoco sobre el fuego la ira de todos
los demonios,
Y bebiendo diabólica poción transformo su figura en
la de uturunco,
Quimeras satánicas de hombre tigre.
Montado en el sol hasta el crepúsculo y en la luna
hasta la aurora,
Persiguió a los fugitivos tres días y tres noches,
Buscando de noche besarlos con el beso mortal de la
luna,
Y herirlos de día con el dardo fatal del calor.
Uritorco y calabalumba erraron sin descanso huyeron
hacia el poniente,
Amparados por las sombras de árboles y rocas.
Al cabo de aquellas tres inacabables días y sus
noches,
Cuando caía el sol en el lugar donde mueren Las
Gemelas,
Y hoy se levanta el Cerro más alto de la sierra,
Uritorco y Calabalumba.
Uritorco y Calabalumba se encontraron frente a un
inmenso manto blanco de sal, donde la vista sin ver ni una piedrita ni una mata
que pudiera ampararnos,
El sol ya no era más que un charco de sangre en el
ocaso,
La luna venia asomándose implacable por detrás de
los montes,
Y sobre ella, dominio negro muerte, cabalga
Uturunco.
Calabalumba, aterrorizada, se echo a llorar.
Uritorco, imponente, la estrecho contra su pecho
entre sus fuertes brazos.
015. anonimo (argentina)
"Aguas del Calabalumba", chacarera con letra de Jorge Padula Perkins y música de Alfredo Mario Figueras.
ResponderEliminarBajando del cerro
del este al oeste,
sutil voz del agua
que deja en la piedra
su canción.
En las Huertas Malas,
Rocillos y Minas,
los ríos, Yama Pampa
y La Rinconada
se nutrió.
Bañando el faldeo,
rodeado de aromos,
salpica espinillos
y alienta la vida
del chañar.
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Estribillo:
Es el río Calabalumba
con la magia del lugar.
Agüita del Uritorco
que al alma muy bien
le sabe llegar.
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Los comechingones.
Cultura y leyenda:
El cerro era el hombre
y el río caricia
de mujer.
Capilla del Monte,
un río que sueña.
Bautismo de vida
que corre en las piedras
del lugar.
Paraje Mogotes,
abrazo y poesía.
Encuentro de ríos
que nacen y mueren
sin cesar.
https://youtu.be/P9g_MvUrwM8