Cuéntase que cuando San
Francisco Sol ano llegó a La Rioja , fue invitado a comer
en casa de un encomendero muy rico que explotaba a los indios y los trataba
cruelmente
Sentados a la mesa, el
santo tomó un pan y lo apretó entre las manos. Ante la extrañeza de todos los
comensales el pan brotó sangre. Se puso entonces de pie, y en actitud de
marcharse, dijo con voz amarga y enérgica: “No comeré nunca a la mesa en la que
se sirve pan amasado con la sangre de los humildes”.
Desde ese día fue decidida
su campaña a favor de los indios que los españoles esclavizaban para
enriquecerse. No consiguió nada ni por la persuasión ni por el ejemplo.
Descorazonado, resolvió
irse [1].
015. anonimo (argentina)
[1] Nos atenemos a las
versiones enviadas por las Srta. María Gordillo Bustos y María L: Carrizo
Pelliza, de La Rioja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario