El duende siestero es bajo y utiliza una vestimenta
oscura coronada por un gran sombrero. Los niños lo ven aparecer tanto en sus
juegos durante la siesta de verano, como en los malos momentos para
castigarlos. Dinero, pañuelos o caramelos suele contener el señuelo que ofrece
a las jóvenes para atraerlas, pero si no lo consigue recurre a la venganza con
bromas de mal gusto o graves daños. Suele maltratar a los borrachos y ahuventar
a los caballos, se divierte cuando hurta pan y lo convierte en carbón. También
es conocido por el nombre de Mandinga.
El duende de malas acciones que brota fácilmente
cargado de furia lleva el nombre de chiqui.
Sequías, terremotos, lluvias y vientos son las penas que distribuye por
doquier, como buen símbolo de la desgracia.
El diablo, responsable de las penurias y desatinos
que padecen los hombres, comúnmente es conocido como zupay. Puede presentarse como macho cabrío, gran chivato, o bien se
convierte en algún animal o ser humano para provocar accidentes. Simboliza la
desdicha y las peores acciones humanas, y no se cansa de buscar adeptos.
032. anonimo (diaguita)
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