Esta es una de las ciudades más bellas de la
provincia de Córdoba y, como otras, encierra algunos misterios que quizá nunca
se podrán revelar. Su nombre, Ctalamochita, proviene de las voces aborígenes ctala y mochi ("tala" y "molle"), especies vegetales
abundantes en la región.
Algunos documentos certifican que a fines de 1528,
cuando llegó la expedición de Sebastián Gaboto al Río de la Plata , este aventurero
sabedor de la existencia de oro y plata en la zona, envió, desde ese lugar, a
uno de sus capitanes ‑Francisco César, junto con un grupo de hombres‑ a
investigar la zona en busca de las riquezas escondidas.
Por supuesto, parte del botín sería para quien lo
hallara. El subalterno se introdujo por las ondulantes costas del río Carcarañá
y, desde allí, hasta el río Tercero, siempre guiado por la codicia frente a la
prometida fortuna.
Quienes ya habían estado en América decían que gran
parte de las riquezas soñadas se encontraban en aquellos valles, entre las
sierras. Así fue que llegaron a Calamuchita...
¿Encontraron el oro y la plata que buscaban?
Eso nunca se supo, pero sí que a partir de ese viaje
se comenzó a tejer entre los colonizadores la leyenda, el mito de la Ciudad
Dorada, Ciudad de Oro o, incluso, Ciudad del César, por el nombre del
expedicionario.
Esta leyenda, de algún modo, está emparentada con la
mágica ciudad de Erks, personas con facultades parapsíquicas desarrolladas han
comentado que su existencia no es un mito sino parte de la realidad, como ya lo
hemos mencionado.
025. anonimo (comechingon)
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