EN EL
NOMBRE DE ALA, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO.
Esta
es la historia de Jarchil ibn Jarchun y de las preguntas que hizo a Ali ibn
Abi Talib. Fue contada por Al-Hakan ibn al-Hukain alBasari, Alá esté
satisfecho de él, y por Wahab ibn Munaba y por Cilman al-Faraciyu, y dice:
Habiendo
muerto Mahoma, Alá le bendiga y le dé salvación, quedó como califa Abu Bakri il-Siddi,
Alá esté satisfecho de él. Estando sentado en la mezquita con los Emigrados de La Meca y los creyentes de
Medina dijo: "Vino una vez un cristiano de tierras de Siria del que nunca
se conoció ni se supo el nombre, y era de los más fuertes en la defensa de su
fe, y vinieron con él cincuenta abades y cincuenta frailes. Y gritaba el
cristiano con grandes voces:
-¡Eh!
los de la mezquita, ¿está entre vosotros Mohamed ibn Abdullah?
Levantándose
Cilman, le dijo:
-Mohamed,
aquél por quien preguntas, ya está muerto.
Dijo
entonces el cristiano:
-¿Tiene
sucesor?
Respondió
Cilman:
-Sí,
su sucesor es Abu Bakri.
Preguntó
el cristiano:
-¿Dónde
está Abu Bakri? Quiero hablarle y rogarle.
Al-Hakan
respondió:
-Habla
y ruega, que está delante de ti.
Al
momento dijo el cristiano:
-La
paz sea contigo y con tu gente, Abu Bakri.
Contestó
Abu Bakri:
-La
paz sea con quienes siguen la doctrina del infierno.
Dijo
el cristiano:
-Abu
Bakri, he venido de tierras de Siria con difíciles preguntas, encontradas por
mí en antiguas escrituras de mi padre y de mi abuelo, y si tú les das
respuesta conforme a nuestra fe, sabremos que Mahoma es profeta y mensajero, y
que la religión del Islam es verdadera, y todo lo demás es nada.
Respondió
así Abu Bakri:
-Pregunta
lo que quieras, pues no hay fuerza ni poder sino en Alá, el Alto, el
Todopoderoso.
Habló
entonces el cristiano:
-Abu
Bakri, lo primero que demando es que me hagas saber con qué voluntad salí de
tierras de Siria y a qué he venido; y hazme saber quiénes son los que apresuran
la marcha, y quiénes las que llevan una carga; y quiénes son las que corren con
facilidad, y quiénes los que distribuyen una orden; y hazme saber de dos que
hablaron con el Señor de las gentes, que no hay en ellos carne ni sangre; y
hazme saber de cosa que habla y no tiene alma ni sangre; y hazme saber de
aquello que Alá creó y después compró; y hazme saber del agua que no baja del
cielo ni nace de la tierra; y hazme saber del primer muerto sobre la faz de la
tierra; y hazme saber del primer árbol que estremeció el aire; y hazme saber de
la carrera blanca que va por el cielo; y hazme saber lo que dice el gallo en su
canto, y qué dice el perro cuando aúlla, y qué dice el caballo cuando
relincha, y qué dice el trueno en su bramido, y qué dice el camello en su
grito, y la abubilla en su canto, y la paloma, y la perdiz, y la golondrina, y
la rana, y qué dice la campana en su sonido, y el león en su rugido, y el pavo
real en su canto; y hazme saber de la noche cuando viene el día, y en dónde es
del día cuando viene la noche; y hazme saber de uno que no tiene segundo, y de
dos que no tienen tercero, y de tres que no tienen cuarto, y de cuatro que no
tienen quinto, y de cinco que no tienen sexto, y de seis que no tienen séptimo,
y de siete que no tienen octavo. Y si tú, Abu Bakri, respondes todas estas
preguntas, sabremos que sois los de la verdad y nosotros los de la mentira.
Y Abu
Bakri y su gente se maravillaron de la elocuencia de su lengua y de sus muchas
preguntas.
Dijo
Abu Bakri:
-¡Por
Aquel que envió a Mahoma con su mensaje!, entre nosotros hay un hombre que
juzga a los del Evangelio con su Evangelio, a los de la Tora con su Tora, y a los del
Corán con su Corán.
Después
llamó Abu Bakri a Cilman y le dijo:
-Ve a
casa de Alí, esté Alá satisfecho de él, y dile que venga a la mezquita
rápidamente.
Y
marchó Cilman a casa de Alí, y llamó a su puerta; y saliendo deprisa Alí, le
saludó.
Y dijo
Cilman:
-Abu
Bakri te envía su saludo y te ruega que vayas a la mezquita.
Respondió
Alí:
-Oír y
obedecer a Alá, y después al sucesor del mensajero de Alá.
Añadió
Alí:
-No
hay duda, por Alá, que ha venido algún cristiano de tierras de Siria.
Sonrióse
Cilman, y dijo:
-¿Cómo
lo has sabido, Alí?
Contestó:
-Ya me
lo hizo saber el hijo de mi primo, Mohamed, Alá le bendiga y le dé la
salvación.
Y
marchando Alí y Cilman, entraron al momento en la mezquita. Saludó Alía Abu
Bakri y a toda su gente, y sentándose a su lado dijo:
-Abu
Bakri, Cilman ha ido por mí, ¿qué quieres?
Respondió
Abu Bakri:
-Alí,
este cristiano ha venido de tierras de
Siria,
queriéndonos preguntar muchas cosas, a las que tú contestarás.
Y dijo
Alí:
-iY
qué es, Abu Bakri?
Dijo
Abu Bakri:
-Pregunta
tú, cristiano, que él te hará saber lo que querías.
Y dijo
Alí al cristiano:
-Cuéntame
tus preguntas.
Y el
cristiano las volvió a contar del principio al fin, y Alí las escuchó. Y cuando
el cristiano acabó sus preguntas, dijo Alí:
-Oh,
Jarchil ibn Jarchun, yo responderé a tus preguntas; creerás en Alá y en su
mensajero. Y cuando el cristiano oyó su nombre, se maravilló mucho, exclamando:
-¿Cómo
has sabido mi nombre o quién te lo hizo saber? Pues nunca hubo ninguno que lo
supiese, sino mi padre que me dio este nombre cuando nací del vientre de mi
madre, y lo escribió en una carta, y la puso en una caja, y puso al principio
de la carta: "Haced homenaje, que ninguno que lea esta carta descubra
este nombre."
Y por
eso nadie conoce mi nombre, salvo mi padre, y cuando él murió y llegué a ser
hombre,y me hice señor y dueño de sus cosas después de él, abrí aquella
escritura y encontré en ella mi nombre, el cual he ocultado a la gente y nadie
lo ha sabido nunca, sino tú en el díaa de hoy. Dime, ¿quién eres tú y quién te
lo hizo saber?
Respondió:
-Yo
soy Alí, y me ha hecho saber tu nombre el Señor de los primeros y de los
últimos.
Y el
cristiano le dijo:
-Alí,
si contestas estas preguntas, según son entre nosotros en el Evangelio,
sabremos que Mahoma era mensajero de Alá, y yo me haré musulmán en tus manos, y
creeré en Alá y en el mensaje de Mahoma, su profeta.
Dijo
Alí después de esto:
-Oh
señor, sé testigo entre nosotros. Jarchil ibn Jarchun, en cuanto a tu pregunta
de con qué vienes de tierras de Siria, viniste con cien cequíes de plata blanca
y con cien cequíes de oro amarillo; en cuanto a qué viniste, tú viniste a
preguntar por la religión del Islam, si era verdadera o no; en cuanto a tu
pregunta sobre los que apresuran la marcha te diré que son los cuatro aires:
cierzo, faveño, bochorno y solano; y las que llevan una carga, son las nubes
que transportan agua de un lugar a otro; y las que corren con facilidad, son
las fustas en la mar; y los que distribuyen una orden, son los ángeles que
reparten los sustentos a las criaturas cada día con la licencia de Alá; en
cuanto a tu pregunta de dos que hablaron con el Señor de las gentes y no hay en
ellos ni carne ni sangre, son los cielos y la tierra, cuando les dijo Alá:
"Venid a mí, obedientes o por fuerza", dijeron: "Antes venimos
obedientes"; en cuanto a tu deman-da sobre las llaves del cielo, están en
las bocas de las criaturas.
Dijo
el cristiano:
-¿Cómo
es esto?
Respondió
Alí:
-Cuando
dice el siervo con voluntad y buena intención: "Confieso que no hay más
Dios que Alá, que no tiene igual, y confieso que Mahoma es su servidor y
profeta”, de entre las intenciones del siervo sale una claridad con figura de
ave verde que vuela y desgarra los siete cielos, hasta que cae postrada ante
las manos de Alá, poderoso y ensalzado sea, temblando como las hojas de los
árboles con aire fuerte; y le dice el Señor de las gentes: "Oh palabra,
que por mi honra y nobleza y por lo alto de mi lugar salga de la boca de mis
siervos, que le sirva de perdón, aunque no la diga sino una vez en su
vida."
En
cuanto a tu pregunta por un cosa que resopla y no tiene alma, es el alba
cuando resopla; en cuanto a la cosa que creó Alá y luego compró, son las almas
de los que mueren en la guerra santa; en cuanto a la cosa que creó Alá y
después demandó, es el cayado de Moisés; en cuanto al agua que no desciende de
los cielos ni nace de la tierra, es el sudor de los caballos en la guerra
santa; en cuanto a la tumba que anda con su señor, fue Jonás en la hora en que
se lo tragó el pez y clamó en la oscuridad y dijo: "No hay Señor sino Alá,
y yo soy de los errados". Y si no fuera porque era de los que glorifican
al Señor, habría permanecido en su vientre hasta el día del juicio; en cuanto a
tu pregunta por el primer muerto sobre la faz de la tierra, fue Abel cuando lo
mató su hermano Caín; en cuanto al primer árbol que estremeció el aire en el
mundo, fue el árbol del que se hizo el barco de Noé; en cuanto a la carrera
blanca que está en el cielo, fue por donde Alá, bendito y ensalzado sea, envió
su ira cpntra las tribus de Lot; en cuanto a lo que dice el gallo en su canto,
dice: "Recordad a Alá, negligentes", y el perro cuando ladra dice:
"Tan mala para los del fuego", y el asno en su rebuzno dice: "La
ira de Alá sobre los descreídos", y el caballo en su relincho dice:
"Tan buena para los creyentes", y el trueno en su bramido dice:
"De Alá es el juicio y el orden", y el camello en su bramido dice:
"Bendito aquel que da el sustento a quien quiere sin cuenta", y el
león en su rugido dice: "Yo soy barragán de barraganes y soy muy
fuerte", y la abubilla en su canto dice: "El peor de las gentes, el
de dos caras", y la paloma en su canto dice: "Toda alma ha de catar
la muerte", y la perdiz en su canto dice: "El piadoso se igualó sobre
su trono y sobre su reino, y está en alto estrado", y la golondrina en su
canto dice: "Bendito sea el vivo perdurable, aquel que no muere", y
la rana en su croar dice: "Bendito sea aquel que nos llevó a morar en el
agua, y llena con su obediencia todo lugar", y la campana en su tañido
dice: "Bendito sea Alá, el único verdadero", y el pavo en su canto
dice: "Bendito sea quien prodiga las gracias sobre quienes le
pertenecen", y en cuanto a la pregunta de en dónde está la noche cuando
viene el día y en dónde está el día cuando viene la noche, la respuesta es que
aquél cuyo nombre es Israfil (Rafael) toma una perla negra, cuya anchura y
largura es de seiscientos años junto al sol naciente, y cuando el sol mira
aquella perla negra, traspone más rápido que la pestaña del ojo, pues Alá
ordenó al sol que no se pusiese hasta mirar aquella perla. Y cuando el sol se
ha puesto viene un ángel cuya largueza es andadura de seiscientos años, y una
cortina de oscuridad cae sobre el séptimo mar, y no ha creado Alá oscuridad más
profunda que ésta. Toma entonces el ángel un puñado de ella y va junto al sol
poniente, y no cesa el ángel de lanzar oscuridad de entre sus dedos, poco a
poco, hasta que tira la mayor parte, que es antes de la entrada de la noche. Y
cuando traspone el mar mayor, suelta oscuridad y extiende sus alas, con
glorificaciones y alabanzas santificadoras a Alá hasta que llega el sol
poniente y ábrese el alba. Después viene otro ángel cuyo nombre es Jarail, y
toma otra perla blanca y asómase con ella al sol saliente, y viene el día con
su claridad y su resplandor y su señorío. Esto ocurre cada día y cada noche, y
Alá lo sabe.
Y en
cuanto a tu pregunta por uno que no tiene segundo a él, es Alá, tan bendito es,
y en cuanto a dos que no tienen tercero a ellos, son Adán y Eva, y tres que no
tienen cuarto, son Gabriel, Miguel y Rafael, y cuatro que no tienen quinto, son
los cuatro libros: la Tora ,
el Evangelio, los Salmos y el Corán, y cinco que no tienen sexto, son las
cinco oraciones rituales que prescribió Alá para sus siervos, y los seis que
ño tienen séptimo, son los días que nombró Ala en el Corán; nuestro señor Alá
que creó los cielos y la tierra en seis días, y después sentóse sobre su trono,
y siete que no tienen octavo, son los siete cielos, que Alá creó en siete días
con su poderío y grandeza. Y éstas son las respuestas a lo que preguntabas.
¿Qué dices ahora?
Dijo
el cristiano:
-Por
Alá, que has respondido conforme al Evangelio: no has quitado ni añadido letra
alguna.
Y
puesto en pie, añadió:
-Soy
testigo y doy testimonio de que no hay Señor sino Alá, que no tiene igual, y
Mahoma es su siervo y su profeta verdadero.
Y se
hizo musulmán él y los que con él vinieron, y fue buena su religión, y
enseñáronles la ley y la doctrina.
Así
pues, pidamos a Alá que nos prepare bien, por su gracia, honra y nobleza; que
no hay señor sino El, ni servimos a nadie sino a El, y El es poderoso sobre
todas las cosas.
ALABADO
SEA ALA, SEÑOR DE LOS MUNDOS.
117. anonimo (morisco)
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