El hombre viejo avisó a sus dos hijas que le
quedaban pocos días de vida. Les solicitó ser enterrado con los hombros y la
cabeza hiera de la tierra. Les recordó que ellas deberían hacer el rito del
duelo. Asimismo, las previno de la llegada de un hombre. Cuando estuvieran
alejándose del lugar y lamentán-dose con cantos, ese hombre, muy parecido a él,
se acercaría y les pediría hacerles el amor…
Una vez fallecido, ellas procedieron a enterrarlo
como lo había pedido. Al alejarse, el padre saltó fuera de la fosa, olfateó sus
huellas y alcanzándolas, les dijo que era el hombre del cual había hablado y
las abrazó. Una logró escapar, pero como el difunto le había hecho el amor a la
otra, ambas se convirtieron en guanaco por haber transgredido la prohibición.
056. anonimo (toba)
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