Es el Ukaco, señor de las
tinieblas y dueño de los socavones en todas las minas de la Puna y la Quebrada
de Humahuaca. Quien se atreva a horadar la montaña en busca de una veta, deberá
hacer, previamente, una ceremonia de pedido en la que rinda homenaje al Ukaco.
El dia en que se descubre
el material buscado se prepara la ceremonia de agradecimiento. Ésta se realiza
siempre en viernes, y se busca el lugar mas tenebroso de la mina para armar el
altar, donde se instala la gran imagen del Ukaco: ojos de fuego, dientes
afilados, largos cuernos y orejas ponti-agudas.
En una mano, el mineral
hallado; en la otra, un demoníaco tridente.
Las ofrendas son hojas de
coca, tabaco, alcohol, sahumerios... porque hay que evitar que el Ukaco se
enoje, que produzca algún derrumbe -siempre tan temido- o haga perder la
veta.
Y se lo venera, además, el
Martes de Carnaval, cuando se adorna la bocamina con serpentinas y flores de
papel y el capataz deposita en su altar cántaros de chicha, manojos de coca y
siete corderos sacrificadospor siete mineros, elegidos entre los más antiguos.
Esa sangre se recoge en
vasijas de las que todos beben, y con el resto se riega el suelo.
Las mujeres y los chicos -¡que no entren en la mina!- esperan afuera la terminación de la ceremonia.
015. anonimo (argentina)
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