La trampa por fin
funcionó y el precioso pájaro cayó en ella. Un pájaro sabio y parlanchín:
-Por favor, deja que me
vaya. Mi carne no es buena.
El cazador, fascinado por
la belleza del ave, le observaba con admiración.
-Soy muy sabio -dijo el
pájaro. Si me perdonas la vida te daré tres consejos muy útiles.
-¿Cuáles son tus
condiciones? -preguntó el cazador, que se mostró dispuesto a negociar.
-Te daré tres consejos
desde tres lugares distintos. El primero te lo daré en tus manos. El segundo
desde la rama de un árbol. Y el último desde su copa, donde no me podrás
atrapar nunca. Te aseguro que merece la pena escucharlos.
El hombre aceptó, pues en
el peor de los casos se quedaría sin el pájaro; además, quizás fuera cierto que
su carne no sabía bien.
En manos del cazador, el
ave dio su primer consejo:
-¡Nunca creas en los
razonamientos absurdos!
Una vez en la rama de un
árbol, pronunció el segundo:
-¡No te lamentes de lo
pasado, de lo que ha transcurrido! -y añadió: Tengo que confesarte un secreto:
he escondido una perla en mi cuerpo. Has perdido la oportunidad de tu vida.
Y al decir eso, el ave
voló hasta la copa del árbol. El hombre, desolado, maldijo su estupidez:
-¿Cómo he podido hacer
caso a un insignificante pájaro?
El ave, en tono de
advertencia, replicó:
-Cierto, eres desdichado,
pero no por lo que crees. Tengo que recordarte mis consejos. Con el segundo te
sugerí que no te lamentaras por lo que ya ha pasado. Eso incluye las
oportunidades perdidas. ¿Así me haces caso, lamentándote de una riqueza que se
ha esfumado? Y además se te ha olvidado el primer consejo: "No hagas caso
a los razonamientos tontos: ¿Cómo puedes creer que yo haya podido esconder
una perla en un cuerpo tan pequeño? Sólo lo dije para ver si seguías mis
consejos.
El hombre, maravillado
por la sabiduría del pajarito, le pidió que le diera el tercer consejo. Tenía
la impresión de que era el más importante. Pero el ave con tono despectivo
contestó:
-No te lo voy a dar,
puesto que no has sabido utilizar los otros dos. Es como sembrar en un terreno
estéril. Mis palabras te entrarían por un oído y te saldrían por el otro. Será
mejor que me vaya ahora que soy libre.
0.084.3 anonimo (persia) - 013
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