Por más fuerte que sea, un tonto nunca llegará a ser
el jefe de un pueblo. Pero en otras épocas, la fuerza física era una condición
muy importante para alguien que pretendiera mandar sobre los demás. El gran
Masala cumplía con todas las expectativas. Además de ser inteligente, era un
hombre fuerte y veloz, al que nadie podía ganar en combate o disputarle una
carrera. Imaginen el orgullo del jefe Masala cuando nació su primer hijo, un
bebé que parecía haber nacido para superar incluso a su padre.
Pero cuando el pequeño Taga comenzó a crecer, dando
muestras cada vez más asombrosas de fuerza y poder, a Masala la idea de que su
hijo lo superara dejó de gustarle. Estaba preparado para ser el anciano padre
del hombre adulto más fuerte de la región..., pero ser menos que un bebé le
resultaba muy molesto.
Taga tenía solamente dos años cuando se puso a jugar
un día con un cangrejo que había encontrado en la playa. Era uno de esos
cangrejos que viven en profundos huecos pegados a las raíces de los cocoteros.
Apenas el niño se distrajo un momento, el animalito aprovechó la oportunidad
para escapar y esconderse en su cueva. Taga lo siguió y lo vio hundirse en la
tierra arenosa. Por más que lo intentó, no consiguió sacar de allí a su
divertida mascota. Entonces, sin pensarlo, ese niñito de dos años rodeó el
cocotero con sus bracitos y tirando hacia arriba lo arrancó completamente de la
tierra, con raíces y todo.
Desde lejos, Masala vio la hazaña que había realizado su
hijo y la sangre le hirvió de envidia. Sin poder controlarse, se lanzó gritando
sobre el niño. Asustadísimo, porque nunca había visto así a su padre, el
pequeño salió corriendo a todo lo que daban sus piernitas. ¡Y daban mucho!
Corrió y corrió, por supuesto mucho más rápido que su
padre, que lo seguía jadeando. Pero la isla era pequeña y pronto llegó al
extremo norte, donde terminaba en un acantilado. Entonces el niñito tomó
impulso y de un solo salto gigantesco llegó a la isla de Rota, ¡a sesenta kilómetros
de Guam! Todavía hoy se puede ver en el acantilado de Guam la huella de su pie,
afirmándose para tomar impulso.
Con el tiempo, Taga llegó a ser un gran guerrero y se
convirtió en el jefe de lo que hoy conocemos como las Islas Marianas del Norte,
el archipiélago Chamorro.
0.192.3 anonimo (isla de guam) - 059
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