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domingo, 28 de diciembre de 2014

El drama de la nacion conejo

En todos los países del mundo los conejos son asustadizos y a nadie se le ocurre que se van a preocupar por eso. Pero los indios sioux fueron un pueblo guerrero, para ellos no había más honor que el del coraje. Por lo tanto, en el mundo sioux, la nación conejo estaba completamente abatida, porque todas las demás naciones de la tierra la superaban en la guerra. Era un terrible deshonor.
No se puede decir que los conejos fueran un mal ejército, considerando que obedecían sin chistar las órdenes de su jefe. Una de las órdenes era que al acercarse el enemigo, es decir, cualquier otro animal, tenían que imitar el ejemplo de su conductor.
El gran jefe, que era tan conejo como todos los demás, en cuanto veía a alguien de la nación oso, de la nación zorro o de la nación coyote salía corriendo y se escondía en su madriguera hasta que el forastero se alejara. Y lo mismo hacían todos los demás conejos. Los pobres eran tan cobardes que hasta el canto de un grillo los hacía salir corriendo, porque podía ser el aviso de que algo más grande y más feroz se aproximaba.
Un día decidieron reunirse en asamblea para discutir este problema que los afectaba tan gravemente. Entonces el gran brujo de la nación conejo habló así:
-Compañeros, somos una vergüenza para nosotros mismos y para el mundo. ¿De qué sirve un pueblo incapaz de defenderse? No hay una sola nación que nos tema. Debemos ir todos al gran lago y ahogarnos allí. Solo así nuestros guerreros podrán recuperar su honor.
Y todos estuvieron tristemente de acuerdo. Hacia el lago se encaminaron, entonces, muy apenados, cantando canciones de muerte. A medida que se acercaban, decididos a arrojarse a las aguas, comenzaron a escuchar un violento chapoteo. Mirando con atención, se dieron cuenta de que todas las ranas de la orilla, asustadas al ver acercarse a semejante cantidad de conejos, estaban saltando al lago.
-¡Un momento! -gritó entonces el hombre de medicina (o, mejor dicho, el conejo de medicina), justo cuando el primer guerrero estaba por zambullirse sin esperanzas. ¡Por fin encontramos a alguien que nos teme! ¡Es la nación rana! Hemos recuperado nuestro orgullo. Ya no tenemos por qué ahogarnos.
Y gracias a las ranas miedosas existen hoy conejos en el mundo, porque sin ellas, todos se habrían suicidado en el lago y la raza de los conejos se hubiera extinguido para siempre.

0.175.3 anonimo (sioux) - 059

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