El fuego se apagó en las cuatro regiones de la Tierra , sin que se supiera
cómo sucedió.
Hasta entonces había habido hogueras esparcidas por
el mundo: grandes fogatas para comunicar a las tribus indígenas entre sí, lejos
unas de las otras; hogueras más pequeñas para que los indios se calentaran en
las noches frías; hogueras chicas para cocinar los alimentos, y todavía las
chiquititas que los niños encendían para jugar.
De súbito, sin ninguna razon, todas las fogatas del
mundo se extinguieron. Nunca se supo por qué. Nunca pudieron saber los indios
por qué todas las fogatas se extinguieron al mismo tiempo.
Fogatas y braseros se apagaron. Solamente en un rincón
distante, lejano, muy lejano, permaneció encendida una última brasa, casi a
punto de extinguirse. Mas ¿quién podría traerla tan rápido como sería
necesario? Había que llegar a tiempo para salvar la última centella, antes que
en la Tierra
el fuego se perdiese para siempre.
Reuniéronse los indios Parecis[i]
y llamaron a los animales de la floresta para que los ayudaran a traer la
última brasa que quedaba en el mundo, pero todos se negaron. Unos decían que no
había tiempo, otros temían quemarse y algunos se volvieron sin dar
explicaciones.
Los indios Parecis llamaron entonces a los pájaros de
la floresta para que los ayudaran. Preguntaron cuál de entre ellos podría ir a buscar
la última brasa que se apagaba en aquel lugar distante, lejano, muy lejano.
Juruva[ii] fue el
único pájaro que no se hizo rogar; ofrecióse él solo para traer la última brasa
todavía encendida. No había tiempo que perder, y Juruva partió ligero como una
flecha.
Voló. Voló. Voló.
Al fin llegó a aquel sitio lejano, muy lejano.
Revolvió las cenizas, y de entre ellas sacó aquella última y pequeñita brasa.
¿Cómo llevarla? La tomó en el pico, pero en seguida
sintió el ardor insoportable de la quemadura. Se le ocurrió entonces tomarla
entre las dos plumas largas de la cola y retornó deprisa, volando, al
encuentro de los Parecis.
Llegado que hubo a la taba[iii],
la aldea de los indios, Juruva entregó la preciosa brasa casi extinguida. Los
Parecis la recibieron, y con mucho cuidado la depositaron entre delicadas
hierbas, musgos y pajitas secas, es pecie de nido que habían preparado para recibir
el pequeño tesoro.
La tribu se reunió alrededor y empezaron a soplar y a
soplar la brasa, que pareció reanimarse.
A poco surgió una llamita temblorosa, casi nada, una
esperanza apenas. Pero los indios se alegraron y las bocas soplaron con más entusiasmo.
Irguióse entonces una lengua de fuego, y después otra y otra más...
¡El fuego estaba salvado!
Los Parecis iban poniendo hojas secas y ramitas hasta
que se irguieron llamaradas rojas con fulgores azulados. Era necesario alimentar
el fuego, y ellos trajeron primero pequeñas ramas; después, otras más grandes,
y por fin, enormes troncos de madera seca. La hoguera ardía, la leña se
quemaba, estallaba echando chispas al aire. Llegó la noche.
Fue entonces cuando las danzas empezaron. El bastón de ritmo[iv] golpeaba la tierra y los pies golpeaban el
suelo con un repicar salvaje, frenético. El fuego rugía y la floresta temblaba
al sonido de los cantos y de las danzas rituales.
Encaramado en un árbol, Juruva contemplaba las
llamaradas que ponían fulguraciones en el cielo y reflejos dorados en sus
plumas de colores.
Volvió la cabeza y contempló su larga y hermosa cola,
ahora con dos fallas visibles en el lugar que había sujetado la brasa que las
quemó.
Juruva se quedó con aquella falla en las plumas de la
cola; quedó para siempre con ella, pero ¿qué importaba?
¿Quién, al verla, no sabe que salvó el fuego
entregándolo a los indios Parecis?
0.020. anonimo (brasil) - 010
[i] Antigua nación indígena que habitaba el estado de Mato Grosso
(Brasil).
[ii] Pájaro de la familia de los
momotideos, más grande que el gorrión. Hay cuatro especies de este pájaro en
Brasil y habitan en los bosques. El color es hermoso: verde por arriba y castaño
claro por abajo. La cabeza está ornada de azul de diversos tonos, negro y rojo
oscuro. La cola es larga; en algunas especies las dos plumas del medio presentan
una falla producida por el mismo pájaro, y estas fallas corresponden
exactamente al lugar donde las plumas rozan el borde del nido. Puede que sea
para que no los molesten, pero hay quien afirma que es para adornarse. Los
indios Parecis explican el fenómeno a su manera, de forma poética.
[iii] Aldea de los indios, en Brasil.
[iv] Es un bastón grueso que, además de servir con finalidad rítmica,
tiene la exortizante de apartar los maleficios, comparable a la de la sonoridad
de las campanas de las iglesias, que, según la tradición católica popular,
ahuyenta los demonios.
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ResponderEliminarPutA delfi ferrero
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Características de la leyenda? Soy Benja voy a 5° me ayudan?
ResponderEliminarJruba salvó el fuego cuenta el origen de que?
ResponderEliminarJuruba tonto😂😂😂😂😂
Eliminarel argumento de este cuento es?
ResponderEliminarIdiota
EliminarPUTO 🖕🖕🖕🖕🖕🏼🖕🏿
ResponderEliminarQue diferencia hay entre un cuento y esta narración?
ResponderEliminarYo que voy a saber eso me lo pusieron PAL colegio xd soy del comercial xddddddddd
Eliminarigual
Eliminarx2
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